martes, 10 de abril de 2012

EL MENSAJE CRISTIANO


Yo no soy quien para indicar a nadie, cual es el sentido de la existencia del hombre, porque soy uno de los comunes mortales como vosotros, ni tampoco soy teológo, ni Doctor de la Iglesia Católica, a la que pertenecemos todos por el Bautismo, pero si que entiendo por mi formación básica y humanística, que estos días de Semana Santa, hemos vuelto a recordar con las diferentes celebraciones, litúrgicas y procesionales en las calles de nuestro pueblo, como Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, sufrio, padecio y soporto hasta la extenuación, toda carga de sufrimiento físico y emocional, hasta lo más profundo de sus entrañas y de su alma, el dolor y el maltrato que recibio a causa de defender los Derechos Humanos.

La dignidad del hombre, es el epicentro del mensaje evangélico, que hace más de 2000 años en la Historia de la Humanidad, vino a traernos como Buena Nueva en aquel lugar humilde de Belén, donde nacio para cambiar la mentalidad de los hombres, poderosos y facinerosos, que ya desde la Antiguedad, esclavizaban a los débiles, a los necesitados, tanto en el ámbito social como en el laboral.

Pero Jesucristo, también se encarno en el vientre de Maria, su madre y madre espiritual de todos nosotros, para dar un sentido a nuestras vidas, que no son en vano. Somos parte de un Cuerpo Mistíco, que formamos por nuestra pertenencia eclesial, como bautizados, cuya cabeza es Cristo: alfa y omega del Universo.

El espirítu de la Semana Santa (Semana de Pasion), es el hecho de conmemorar la Pasión, Muerte y Resurección de nuestro Señor, Jesucristo: Hombre Salvador (JHS), que murió crucificado en el monte "Golgota", en tiempos de Pilatos, pero no en vano, sino con un sentido más alla de la mera muerte física, para dar también significado a nuestro caminar por esta, nuestra existencia terrenal, en cuyo caminar el dolor, el desprecio, el menosprecio, las heridas causadas por la soberbia,la prepotencia, y la humillación, no son experiencias que tengan que caer en " saco roto". En este sentido, si eso fuese así, tampoco hubiese tenido absolutamente ningún sentido, el sufrimiento y el padecer supremos de Jesús de Nazaret, el enviado, el Hijo del Hombre, que con su vida, milagros y evangelio, también carecerían del más absoluto sentido mesiánico y teológico; luego entonces si esto realmente fuese así, y no pudiesemos afirmar por nuestra Fé Cristiana, que la vida humana, tiene un más allá después de la muerte, es decir un sentido metafísico, el egoismo, los falsos ídolos como : el dinero, el afán materialista del tener y del poseer, el hedonismo epicúreo, el egocentrismo, la soberbia, el maltrato físico y emocional, el machismo, el desprecio al otro como persona, y la neurosis social..... los pecados de la carne, el pensar en la mujer como esclava del hombre, tanto esclava como "carga" de trabajo, como esclava sexual ( como lo fue en otros tiempos), serían los "paradigmas" reinantes en la existencia humana; pero afortunadamente, GRACIAS A DIOS, y a su MENSAJE SALVADOR (EL EVANGELIO, LA BUENA NUEVA), que nos trajo, JESÚS DE NAZARET, esto no es así, por consiguiente, tenemos que estar alegres y contentos, porque después de la Resurección de Jesucristo, la vida del Hombre (hombres y mujeres por igual), está santificada y dignificada: TODOS PARA DIOS SOMOS IGUALES, EN NOSOTROS, EN NUESTRO CORAZÓN HABITA EL ESPIRITU DE DIOS, EL ESPIRITU SANTO, QUE NOS DA FUERZA VITAL PARA SOPORTAR, LAS INJUSTICIAS Y LOS SUFRIMIENTOS DE ESTE MUNDO PERECEDERO, Y NOS PROMETE UNA VIDA TOTALMENTE DISTINTA MÁS ALLA DE NUESTRA MUERTE FÍSICA: "HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO".

FDO. ANSELMO ALAÑON ALCAIDE.
 

©2009 La Gente Aldeana | by TNB