El pasado Domingo, al visitar la Parroquia, descubrí la puerta de la Capilla del Apóstol Santiago entreabierta y tuve la osadía de traspasarla por unos momentos para poder apreciar de cerca y fotografiar a los personajes “secundarios” de Nuestra Semana Santa. Esperan allí los Días Grandes, bajo el Coro, con la presidencia del Patrón de España, alrededor de la antigua Pila Bautismal.
Varias veces me he acercado a ver esta austera capilla y, esta vez, la he encontrado perfectamente colocada, otras veces... digamos que no estaba así. Mi agradecimiento a quien corresponda este cambio.
Allí, descansa el hombre bueno de “Cirene”, llamado Simón, que, al regresar de su jornada de trabajo en el campo, se vio obligado a ayudar al Señor con el peso de la Cruz;
A su lado, un cruel Sayón que azota sin piedad la espalda de Jesús Amarrado a la Columna en la tarde el Jueves Santo;
Por último, el Soldado Romano que mira con indiferencia el duro castigo. Es un Soldado Romano, no es un “Armao”, porque un “Armao” aldeano no viste así, ni podría mantener el gesto tan soberbio ante una injusticia como la que cometieron con Él;
Fdo. José Pablo Molina
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